A quién beneficia la reforma de la ley de arrendamientos
La Ley 4/2013, de 4 de junio, de medidas de flexibilización y fomento del mercado del alquiler de vivienda es un nuevo ejercicio de lo que ya viene siendo habitual en el gobierno del PP: Esconder bajo algunas pequeñas medidas aparentemente beneficiosas para los ciudadanos un nuevo gran beneficio para los bancos y, ya de paso, aumentar la recaudación de impuestos. Las pequeñas medidas beneficiosa para los ciudadanos es la flexibilización de los arrendamientos urbanos, que se materializa en los siguientes cambios: El plazo máximo que debe permanecer el inquilino se rebaja de 1 año a 6 meses (Beneficio para el inquilino) El plazo máximo de duración del arrendamiento se reduce de 5 años a 3 (Beneficio para el arrendador) El arrendador podrá recuperar la finca si la necesita para él o su familia sin necesidad de haberlo hecho constar en el contrato (Claro beneficio para el arrendador) Pero, como decimos, después de estas medidas (quizás necesarias en la actual situación jurídica